27 abr 2012

LLegando a la estación

Hace dos años me subí a un tren con la ilusión de seguir mejorando como entrenador y sobretodo, como persona. Con mi billete de clase turista he permanecido en mi vagón intentando aprender de este viaje. Desde él, he ido mirando por mi ventana viendo como pasaba el tiempo, con la confianza que todo lo que veía pasar detrás de mi me iba hacer mejor. No sé en qué medida, pero considero que he intentado aprovechar la oportunidad. Me he encontrado gente que me ha querido tirar a la vía, y gente a la que espero hayan podido disfrutar conmigo en el viaje. He tenido buenos y malos momentos, me subí con mi mochila azul con la idea de ir metiendo en ella todo lo que me pudiera servir, y creo que está mucho más llena de cuando me subí. En ella he ido poniendo cosas buenas y malas, ahora toca sacar las malas y seguir llenándolas de buenas.

La primera parte del recorrido fue díficil, quizás más por temas personales que por temas deportivos, y lo personal dolía bastante. Fueron unos meses y unas situaciones un poco complicadas, donde no lo pasé nada bien, pero se consiguió superar. A nivel deportivo se ganaban partidos y parecía que hacíamos un buen básquet. Almenos conseguíamos ganar con diferencias grande en algunos partidos, y teníamos que sufrir en otros. Solo perdimos 5 partidos de 30 en la liga regular, creo que esa parte del trayecto es para sentirse contento aunque hubiera gente que lo intentara minimizar. En ese mismo inicio de recorrido me sirvió para conocer tambien la competición de Copa Catalunya, y creo que el resultado final fue bastante bueno.

La segunda parte del recorrido tenía dos vertientes, por un lado, me dejaban entrar en los vagones clase preferencial, me daban la oportunidad de estar ayudante en un liga EBA, con jugadores consagrados, con mucha experiencia, y sobretodo un último entrenador de un grado excelente. Esta parte del camino es lo que mas me ha enriquecido la mochila, cada día se ha podido llenar de algo útil, de nuevas experiencias, y sobretodo de conocimientos. La otra vertiente era un reto muy difícil de conseguir, ya lo hablé en un post, se trata de mi coche de carreras. Intentar convertir un utilitario en un F1, no sé si lo habré conseguido, pero almenos espero que este coche pueda ir por las pistas con la cabeza bien alta sabiendo que con trabajo, entrenamientos y confianza puede competir contra vehículos de mayor cilindrada,  me siento orgulloso de su trabajo.

Ahora mismo me veo en mi vagón, mirando por la ventana y viendo la próxima estación cada vez más cerca. El tren se acerca a mucha velocidad y creo que tocará bajarse en esa estación. El destino me ha de llevar a bajarme en esta estación y buscar otro tren donde seguir llenando mi mochila, incluso enseñando a otros pasajeros esos conocimientos de mis viajes anteriores. En la mesa de mi vagón tengó un mapa de raíles y estaciones, me queda algo difícil, buscar esas nuevas estaciones y decidir mi próximo tren. Sé hacia donde quiero ir, solo falta que me muestren caminos y yo pueda ver y elegir el que me interese en estos momentos.

Mientras esto llega, sigo apurando los últimos km en mi tren, intentando devolver todo lo que me han podido ofrecer durante el camino e intentando que mi coche de carreras siga progresando. Muchas gracias a la gente con la que he convivido en este tren. 

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